La Libertad de Pensamiento

Nuestros pequeños hombres feudales ante los grandes hombres

 

 

Don Guillermo Subercaseaux Pero quedan todavía en pie, como ideas morales, algunas sobre las cuales no ha desaparecido todavía, por fortuna, la unidad de creencias, y de esta la primera es la de “patria”. Por este motivo los pueblos civilizados y entre ellos los más liberales del mundo, no conceden libertad de cultos, cuando se trata de la patria, sino que por el contrario, levantan la horca de la inquisición para los que se atreven a atentar contra ella.

De el señor Montt (Ministro de Justicia) En ese oficio, el Ministerio indicaba al promotor fiscal el deber de iniciar una acusación pública contra esta sociedad que conspira contra el orden social. El señor SILVA CORTES.- ¿Y que hizo el ministerio público? ¿Ha cumplido instrucciones, señor Ministro? El señor MONTT (Ministro de Justicia e Instrucción Pública).-Ha procedido muy activamente y su señoría ha podido apreciar ya los resultados eficaces de su obra inteligente. El Ministro de Justicia en cumplimiento de los deberes que su puesto le imponía, se puso al habla con algunos presidentes de Cortes, para hacerles ver la necesidad de hacer las órdenes de la Corte Suprema de Justicia. Existía entonces como todos sabemos, una verdadera alarma pública; se sentía en todas partes la acción de manos ocultas, probablemente, manos extranjeras, o probablemente manos pagadas por nuestros eternos adversarios. Los espíritus timoratos creían que la ley no bastaba, que no era eficaz para defender a la sociedad de las amenazas de aquellos elementos subversivos. El Ministro creyó que las leyes eran sabias y suficientes, y que cumplidas por magistrados enérgicos e inteligentes, daban todos los medios necesarios para proveer a la necesidad de reprimir estos actos y ponernos a cubierto de cualquier peligro. Y su acción se ha dirigido entonces a estimular el celo de las autoridades judiciales, tarea fácil y que contaba con el concurso decidido de los mismos magistrados.

De R. Alonso (Ministro Sumariante) Después del último informe han ingresado a la Cárcel seis detenidos más, asociados en la I.W.W., y tres de estos promotores de la huelga última de 21 horas, que se acordó por algunos de la misma Asociación que están en libertad con el fin de ejercer presión para obtener la libertad de los procesados.

Como he expresado antes a V.E, los principales dirigentes de la I.W.W. y los agitadores subversivos y anarquistas más peligrosos, están detenidos y algunos de ellos lo están en Santiago. Del estudio y apreciación serena de los antecedentes, cargos y documentación que arrojan los procesos, se desprenden que la libre acción de los subversivos y asociados en la I.W.W. durante largos meses, se ha manifestado y desarrollado sin cortapisas de ningún género de parte de las autoridades y policía, tanto en Valparaíso como en Viña. Sus actos se generaban libremente ante la indolencia y casi al amparo de los encargados de velar por el orden público. Los asociados y los diversos gremios que adherían a sus fines, hechos y propósitos, decretaban y acordaban huelgas parciales, huelgas generales y paros, y después de conferenciar con las autoridades, las hacían cesar los mismos que las provocaban para renovarlas a su antojo, en la misma forma periódicamente, con grave daño para el comercio, las industrias y la tranquilidad pública. Se decretaban órdenes de una Junta Administrativa y se presentaban con ellas a las casas, fábricas y establecimientos para imponer sus resoluciones en orden a separar empleados que no les convenían, aumentar salarios, disminuir horas de trabajo y hacer eficaz toda gabela contra patrones y capitalistas. Sobre todo esto deliberaban con jefes y autoridades. Con las visitas decretadas se ha conseguido, desde fines de Julio último, una relativa tranquilidad y la cesacione de huelgas con la aprehensión de los principales dirigentes.

De Miguel de Unamuno «El perseguir la emisión de esas ideas que se llaman subversivas o disolventes, prodúceme el mismo efecto que me produciría el que, en previsión del estallido de una caldera de vapor, se ordenase romper el manómetro en vez de abrir la válvula de escape»

DE J. A. Andrew «Rico o pobre, blanco o negro, grande o pequeño, ignorante o sabio; oportuno o inoportuno, con razón o sin ella, a quien quiera que desee hablar, déjese hablar, y a quien quiera que desee oir, déjesele oir. Que nadie pretende arrogarse la prerrogativa de juzgar de la libertad de otro. En este respecto, no hay ni puede haber superioridad de personas o privilegios, ni el menor pretexto jamás para ello».

De Macaulay «No existe más que un remedio para los daños que puede producir una libertad recientemente adquirida, y ese remedio es la libertad. Cuando un prisionero sale de su celda, no puede soportar la luz del día, le es imposible distinguir de colores o reconocer las caras. El remedio consiste en dejarle que se acostumbre a los rayos del sol. «Muchos políticos de nuestro tiempo tienen la costumbre de establecer como un principio incontrovertible el de que ningún pueblo debe ser libre hasta tanto que no esté preparado para hacer uso de su libertad. Esta máxima es digna de aquel tonto del cuento que resolvió no entrar en el agua hasta que no hubiese aprendido a nadar. Si los hombres fueran a esperar para ser libres hasta volverse buenos y sabios en la esclavitud, ya podrían sentarse a esperar por los siglos de los siglos.