Figuras del Parlamento chileno

Augusto Smitsman

“Chile es una República democrática, situada en el suroeste de Sud América. El Parlamento se compone de una Cámara de Diputados y otra de senadores, cuyos representantes son elegidos por sufragio universal directo. Sin duda alguna, aquel país es gobernado por una democracia real y efectiva.” (Del libro “A través del Nuevo Mundo”, del noruego Alex Schmidt, –Cristianía, –1918).

El señor don Augusto Smitsman diputado del Parlamento chileno, desde el año 1909, por el departamento de Traiguén es una personalidad muy discutida. La reelección en su puesto de diputado significaría en cualquier parte del mundo, que los electores lo aprecian y lo veneran. En Chile, nó. Se puede ser elegido para cualquier puesto contra viento y marea. Los enemigos políticos dicen del señor Smitsman cosas terribles. Dicen que es un terrateniente cruel y arbitrario. Y para justificar sus afirmaciones narran de él dos o tres anécdotas: “En sus mocedades –cuando ya era terrateniente poderoso– cansado de sufrir robos de ovejas de parte de los indios que merodeaban en su fundo “Guadova”, ingenióse para exterminarlos. Y como quien acecha conejos que devoran las huertas, los esperaba detrás de las plantas con una carabina y... —(No hay duda que los enemigos del señor Smitsman dicen cosas terribles)— ...el remedio fué radical.” “Las tierras del señor feudal eran refugio obligado de los perseguidos por la justicia chilena. Por una rara coincidencia, los animales que desaparecían en las vecinas regiones venían a detenerse en los fértiles campos del terrateniente, cuyos pastos parece que ejercían una atracción especial sobre los bovinos y caballares. Los animales eran marcados, para que no se perdiesen, con un trozo de hierro candente en las ancas. Los indios, a juzgar por lo que se dice en Traiguén, tiene las ancas en las espaldas y están expuestos a perderse.” “El señor a veces se divierte. Un hombre que le había inferido un agravio fue invitado a una fiesta. Desgraciadamente, se excedió en la bebida de líquidos alcohólicos, y en medio de su embriaguez, fue aligerado de sus ropas. Mientras tanto, se avisó a la novia del invitado que éste sufría un ataque. Acudió presurosa la muchacha, y al llegar al sitio del accidente, encontróse con su amigo completamente dormido y ...completamente desnudo.” El diputado señor Smitsman rara vez acude a las sesiones del Parlamento. Es un diputado regional y tiene numerosos intereses que resguardar en el departamento que representa. Es el más fuerte de los propietarios de la región y algunos pueblos, como “los Sauces” quedan enteramente dentro de sus propiedades. Dispone, en consecuencia, de grandes fuerzas electorales, y por esta razón tiene grandes y poderosos amigos en el Parlamento. Goza en Santiago de la protección de algunos miembros prestigiosos de las Cámaras, como don Gonzalo Bulnes, y cada vez que alguien viene a la capital a quejarse de las “supuestas” incorreciones del diputado de Traiguén, tiene que volver a su tierra convencido de que estaba en un error. Sus enemigos políticos lo acusan de tener numerosos procesos pendientes en su contra, y que si no fuera por la investidura de diputado, estaría ya, hace largo tiempo, en la cárcel. Algunos enemigos hablan de 22 procesos, otros de 35, otros de 43. No deben ser tantos. Difícilmente pasan más allá de las dos docenas. Que no debe ser muy querido en sus tierras, lo demuestra el hecho que en una ocasión, un hombre del pueblo le disparó varios tiros de revólver, sin lograr herirlo, y que otra vez fue gravemente herido por la policía de uno de sus pueblos”. Sin embargo, casi siempre ha marchado en muy buena armonía con los jueces y gobernadores del departamento, y quien marcha en armonía con la justicia y la autoridad no puede ser un hombre deshonesto en extremo. Sus enemigos no cesan de acusarlo de haber robado y asolado tierras, de exterminar indios, de violar domicilios, de reclutar bandas armadas para imponer el terror durante la época de elecciones, etc., etc. Sin embargo, el señor Smitsman dice que todas son calumnias. Y no hay por qué dudar de la palabra de un diputado.

Figuras del Parlamento chileno

“Un hombre discutido”