Actualidad Internacional

El cataclismo guerrero que asoló a una buena parte del mundo durante 4 años no ha enseñado nada a los gobiernos burgueses. Wilson en sus 14 puntos fijó el mínimum de reformas que había de llevarse a cabo en la política mundial. Este mínimum –que al haber sido cumplido nos habría demostrado la posibilidad de la evolución por los caminos actuales– ha sido elocuentemente pisoteado y destrozado –demostrándonos prácticamente que no hay salvación para la humanidad si los proletarios no hechan mano de medios directos. Inglaterra y Estados Unidos construyen hoy día febrilmente –las flotas aéreas y navales que mañana les darán– ya sea después de una guerra sin cuartel –ya sea uniéndose– la completa hegemonía del mundo. Al contacto de esta realidad –que es consecuencia del principio nacionalista tan decantado “Vis facem para Bellum”– se derrumbarán por su culpa todas las demás nacionalidades del mundo como se derrumba un castillo de naipes. Este es el destino que aguarda a la Humanidad en un porvenir muy cercano –no más de 5 a 10 años más. La única salvación es la revolución proletaria mundial –que al hacerse bajo el lema de Marx: “Proletarios del mundo uníos” podría ser una revolución que no costara grandes sacrificios. Y los mismo nacionalistas deberían comprenderlo así, si quisieran salvaguardiar lo único de sagrado que hay tras de sus absurdas especulaciones –la dignidad y la libertad. El triunfo del proletario es la unión libre de las diferentes naciones. El triunfo del nacionalismo armado que estamos ayudando es la sujeción obligada de todas las naciones a estas dos fábricas inagotables de municiones y máquina de guerra llamadas Estados Unidos e Inglaterra. Les estamos preparando a estos dos países –por culpa del régimen capitalista– una grandeza y dominación comparable a la de Roma Imperial –y para nosotros el destino de Numancia, Sagunto o Mitridates. Mientras esto pasa en el fondo, veamos cómo en la superficie todo lo favorece. Inglaterra extiende sus tentáculos oportunistas por toda la superficie del Globo –haciendo rabiar en secreto a Francia, quien tontamente le hace el juego por otra parte. Ayer era Persia –hoy día es el Egipto a quien consigue sujetar definitivamente a su carro, por medio de un arreglo que satisface al señor inteligente y al siervo venal. – El principio – la libertad – eso es una tontería. El Asia Menor entera es suya, porque son suyos el Mar Negro – Constantinopla – el Mar Egeo, la Mesopotamia. Francia, qué por orgullo avanza sobre Adana y Marach, anda en busca de un nuevo Fechoda. El África se encuentra hoy día atravesado desde el cairo a la ciudad del Cabo por el Imperio británico – Las colonias portuguesas – son portuguesas aún porque el Portugal es internacionalmente hablando una colonia de Inglaterra. La Arabia está en vías de ser inglesa. La India lo es y será más que nunca después que le regalen la cadena dorada de la autonomía. En buenas cuentas hablando un lenguaje figurado, no hay parte del mundo donde no se aferre este nuevo Pólipo. Roma conquistó el mundo de esta misma manera. Entretanto Estados Unidos profesan la Doctrina Monroe –que con justicia puede llamarse un cuchillo de dos filos– pues, si conviene, América es para los americanos –o bien América es para los yanquis– según sea el Presidente que elijan los norteamericanos. Este país no pidió nada como recompensa de su participación en la guerra, parece que se ha contentado con las enseñanzas recogidas. Rico –muy rico– gasta su dinero construyendo para 1925 la flota de guerra más grande del mundo. ¿Y para qué? Para nada. Para jugar. Todo empuja a agruparse a la sociedad humana para hacer efectiva la colaboración industrial. Hoy se presentan dos caminos: el camino nacionalista cuya consecuencia fatal como la hemos visto, es la Hegemonía Anglo–Sajona; y el camino de la revolución proletaria, que es llevar a la práctica una asociación libre de pueblos basados en los mejores principios laborados por la civilización.

En Europa aparece hoy día un foco de donde dimanan posibilidades materiales de hacer revolución: La Rusia de los Soviets. El proletariado entero del mundo lo comprende así y en el fondo todos simpatizan con su triunfo. El Congreso de los Socialistas moderados italianos cuya reunión se creyó el preludio de la división del proletariado de la Península –ha demostrado (anodadando los albores cablegráficos de las empresas capitalistas) que punto más punto menos– todos están de acuerdo en el fin que se persigue. El Laborismo Inglés ha demostrado ya prácticamente que sabe en un momento dado formar un Consejo de Acción cuando Rusia corre peligro. – Por otra parte, la complicidad de las masas obreras con el fin de la revolución rusa es fundamental. Podrán haber diferencias de medios, pero es infantil creer que ellos importan un alejamiento del objeto final: la destrucción del capitalismo. Los defensores de este régimen se consuelan fácilmente con lo que ellos llaman la repudiación del maximalismo. La paz entre Rusia y Polonia permitirá a la primera cencentrar todas sus fuerzas contra Wrangel y empezar nuevamente su obra interrumpida de construcción, a no ser que una nueva provocación alimentada secretamente por la Entente, no venga a sacarla de ella. En el próximo artículo –y después de estas consideraciones generales que ayudarán a comprender el espíritu de nuestros comentarios– comenzaremos a describir la situación cablegráfica semanal con toda puntualidad y todas sus manifestaciones.

Jorge Neut Latour.