EL MARXISMO

“Insurrexit”, valiente vocero de la juventud universitaria argentina, registra en sus páginas la admirable síntesis de la doctrina marxista, que ofrecemos a nuestros lectores. La nitidez con que está expuesto el desarrollo de las tres grandes concepciones con que Carlos Marx sentará sus principios filosóficos, nos ha parecido la más acabada condensación de una doctrina ardua en cuya interpretación es fácil caer en razonamientos que casi siempre se acercan a lo abstruso”.

 

Nociones elementales

Los tres hechos más importantes del marxismo son: 1º La teoría del determinismo económico; 2º La teoría del valor y del plusvalor; 3º La teoría de la lucha de clases.

I El determinismo económico

La teoría fundamental del marxismo es el determinismo económico. La teoría del determinismo económico afirma que en todas las épocas de la historia las instituciones morales, intelectuales y sociales se basan en el sistema de producción y cambio. Esta teoría ha sido cambiada muy diferentemente. Uno de los argumentos que se aducen con frecuencia contra esta teoría, es que sus secuaces, no tienen en cuenta la obra del genio en las manifestaciones de la vida social. Los grandes genios ejercen una gran influencia sobre los acontecimientos humanos. El determinismo económico no niega la importancia de los grandes hombres, pero sostiene que los métodos de producción y distribución son los fundamentos sobre el cual se construyen las instituciones de todas las épocas. Las diferencias de razas, las creencias religiosas, las tradiciones históricas y los hechos del hombre genio, y así sucesivamente, no deben considerarse más que como factores de importancia secundaria en la formación de las instituciones sociales y en los acontecimientos humanos. Su influencia es mínima si viene encontrarse en conflicto con las necesidades económicas de un pueblo o de una clase social. En su evolución, la raza humana se emancipó del estado salvaje y bárbaro pasando a través de tres fases diferentes la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo. Cada una de estas tres fases representa un método diferente de producción y de cambio. Allí donde las leyes y las costumbres de la sociedad cambian nos dan la prueba convincente de la verosimilitud de la teoría del determinismo económico. Bajo la esclavitud, existen leyes y costumbres que regulaban las condiciones de los esclavos y sus relaciones con los amos. Bajo el feudalismo, las relaciones complicadas de los barones con los reyes, de los aldeanos y los siervos, con los barones estaban bien especificadas. Y bajo nuestro régimen capitalista nosotros sabemos demasiado bien, que leyes son las que rigen las relaciones de los trabajadores con los patrones y los capitalistas. La teoría del determinismo económico demuestra además, que la fuerza motriz en la evolución de la humanidad la constituye el desarrollo y el mejoramiento de los instrumentos de producción. A medida que los instrumentos se desarrollaban, los viejos métodos de producción se tornaban más dispendiosos y una transformación no sólo era deseable, sino también necesaria, y de esa manera, de una fase a la otra, nosotros hemos llegado al capitalismo. Pero la humanidad no podrá detenerse en el régimen capitalista; llegará un día en que la industria será tan desarrollada, tan complicada que los capitalistas no lograran hacer marchar hacia delante y una transformación será necesaria; esta transformación será el comunismo. Actualmente vivimos en un período de transición y puede decirse que al advenimiento del comunismo se efectuará en un tiempo relativamente no lejano. Esta es la teoría que es considerada como la ley fundamental del progreso humano y podemos reasumirla brevemente así; en todos los períodos de la historia, la forma de producción y de cambio constituye la base sobre la cual las instituciones sociales e intelectuales de esta época son fundadas. La fuerza motriz de la evolución de la humanidad, es el desarrollo de los instrumentos de producción.

 

II El valor y el plus-valor

La segunda teoría, la del valor y del plus-valor, demuestra que el valor de un objeto elaborado está determinado por la suma de trabajo humano que este objeto requiere. El precio de venta del producto es generosamente de igual a su valor. Pero este precio oscila con frecuencia por encima y por debajo del valor del artículo siguiendo las fluctuaciones de la oferta y la demanda. De modo que si se neutraliza la oferta y demanda puede decirse con seguridad que el precio de venta corresponde al valor del artículo. Ilustres estudiosos como Francklin, Smith Y Recard, antes que Marx, sostuvieron que el trabajo determina el valor de un producto, y fue solamente cuando Marx emitió esta teoría señalando sus restricciones y sus consecuencias que los economistas burgueses intentaron rechazarla de las ciencias económicas. Como el valor de los artículos elaborado está determinado por la suma del trabajo necesario para producirlo, del mismo modo el valor de un hombre (o mejor dicho de la potencia de trabajar, que en realidad es lo que vale) está determinando por el costo de la alimentación, del vestido, de la habitación y de otras cosas que le son necesarias para sustentarse y para sostener a su familia de acuerdo a las condiciones vigentes en la comunidad en que vive. El trabajador recibe poco más o menos el valor de su potencia de trabajo, agregando a la materia prima más del valor de su trabajo. Esta diferencia entre lo que el obrero recibe, como salario y el valor adicional que proporciona a la materia prima trabajándola, es llamada por Marx como el plus-valor. Es de este plus-valor que el patrón obtiene su beneficio. La apropiación de este beneficio produce un conflicto de intereses entre la clase obrera y la clase patronal. Los apologistas del sistema capitalista dicen que este conflicto de intereses cada vez más antagónicos: proleses es una invención de los demagogos y de los interesados. Los hechos demuestran lo contrario. Los conflictos del trabajo, las huelgas, el sabotage, el lock-out, las organizaciones patronales, son los signos visibles de esta lucha. Lo que quieren los comunistas es que el proletariado organizado posea conciencia de la naturaleza y de las causas de la lucha que sostiene contra la burguesía.

 

III La lucha de clases

La forma de producir actual determina la lucha de dos clases con intereses no existe y que la lucha de clatarios y capitalista. Entre estas dos se encuentra la clase media que representa el aumento de los servidores del capitalismo -clase formada por pequeños burgueses y obreros que trabajan independientemente- que hacen más resistente el sistema capitalístico de producción. Cada movimiento en demanda de mejoras económicas tiene por consecuencia lógica, agravar en mayor grado las condiciones de los trabajadores que sufren directamente la férula burguesa. Las bases económicas del advenimiento del comunismo han sido concretadas como un juego fatal de la lucha de clases, que podrá acelerarse si la clase media, rémora del progreso humanos, en los momentos históricos decisivos, se inclina rápidamente del lado de los trabajadores. No está de más recordar la consigna dada por Julio Vallés a los trabajadores en los días que precedieron a la “Commune”. “El culpable se llama la clase media y no ha muerto todavía; pero va a morir”. Esta lucha adquiere hoy un cariz que permite suponer que la explotación del hombre por el hombre cesará para siempre cerrando así la pre-historia de la humanidad.

C.Lamberti.