De Santiago Labarca Al Señor Pero Pérez

(Continuación)

Encontráis otro argumento en contra de la igualdad económica en la diferente capacidad de producción de los hombres. En primer lugar esta diferencia analizada a fondo, es bien relativa. Todos los hombres que trabajan realizan una obra necesaria y no sabría, en realidad deciros cuál capacidad de producción es mayor, si la del Director de los FF. CC. o la del último palanquero; como no sé si es más necesario al reloj el puntero que marca la hora o la más modesta ruedecilla de los engranajes. Pero podría aceptar que hay hombres que producen uno, mientras otros producen miles de millones. ¿Creís justo que esos que producen miles de millones dejen morir de hambre a los que producen uno? Vuestra misma carta me prueba que considerais esto injusto ¿Cómo evitarlo? Según vos, haciendo que el Estado se apodere del exceso de riquezas de algunos hombres para repartirlo en forma de alimentos, vestidos, etc. entre los menesterosos. Para mí, haciendo que el trabajo de todos y cada uno vaya a formar parte de la riqueza común, del capital colectivo. Nuestras opiniones no sólo no son contradictorias, sino que convergen, es una cuestión de límites, para vos el hombre tiene derecho a acumular productos hasta cierto límite, para mí no tiene derecho a acumular nada. Pero, como os decía en mi anterior, hay un aspecto del problema social que vos no habéis tocado y que es el que principalmente debiera estudiarse y meditarse: la producción. Vos sólo habéis pensado en la repartición, pero nó en la producción misma. Los regímenes sociales no caen porque sean justos o injustos. Se derrumban simplemente, porque llega un momento en que la organización económica no permite satisfacer las necesidades de la humanidad. La organización es la gran máquina que permite a la sociedad domar, transformar y adaptar los productos que la naturaleza brinda al hombre. Si la tierra produjera alimentos y productos en forma ilimitada, el mundo permanecería estacionario, o progresaría muy lentamente; es la necesidad de hacer producir más y más a la tierra lo que trae como consecuencia el progreso. La fecundidad de las tierras en la China ha traido como consecuencia, según distinguidos economistas, el estancamiento de su progreso. Hoy que sus productos figuran en el mercado mundial, comienza a agitarse, a despertar. El régimen de la esclavitud cayó, principalmente porque el siervo, que reemplazó al esclavo, producía más que éste; a su vez el servilismo se derrumbó para ser reemplazado por el sistema del salario porque el asalariado producía más que el siervo. El sistema del salario es ya insuficiente para satisfacer las necesidades de la humanidad. Esa es la única causa del costo enorme de los artículos de consumo, es infantil tratar de buscar otra. El salariado desaparecerá también como desapareció la esclavitud y el servilismo. ¿Qué mal veis en ello? Todos los hombres pasarán a ser capitalistas o sea el capital pertenecerá a la sociedad. El régimen nuevo no sólo debe contar con una mayor producción individual, sino principalmente con una mejor organización de la producción. Como sabéis, hoy la producción está basada en la libre concurrencia, que trae como lógico resultado un enorme desperdicio de fuerzas y productos. En el nuevo régimen deberán aprovecharse esos productos y fuerzas y para ello es indispensable reemplazar la libre concurrencia por la cooperación. La estadística permitirá como os he dicho, al Estado realizar casi automáticamente esta función que hoy os parece imposible. Me atribuís el deseo de matanzas y revueltas porque preconizo un cambio de régimen. Si bien es verdad que todos los cambios de regímenes se han realizado en medio de torrentes de sangre, no es menor cierto que el actual podría realizarse, por lo menos, en esta parte del mundo, sin inútiles trastornos. (En Europa la guerra ha dejado 15.000,000 de cadáveres sobre los campos de batalla. Para mí la guerra no es más que el resultado de la bancarrota económica del mundo). Este es el papel de la organización política. Os propongo a este respecto la siguiente difinición de la política: política debe ser el arte de preparar la evolución lógica de los pueblos e impedir el inmenso desperdicio de fuerzas que se produce por tratar de detener la eterna renovación de la sociedad. En Inglaterra, puede decirse que los Gobiernos han realizado el ideal expuesto. No ha habido rebueltas ¿No podría hacerse lo mismo entre nosotros? Y basta por hoy. Fraternalmente