CRÓNICA DE ESPAÑA

(RETROCESO OBRERO)

Estamos en vísperas de una huelga general. El origen de este conflicto fué motivado por el hecho de haber despedido tres vigilantes de la cuenca minera de Turón. Estos tres vigilantes habían ingresado en el sindicato, por cuyo hecho fueron relevados en sus puestos por otros empleados. Al ser despedidos estos individuos los mineros de la zona de Turón se declararon en huelga, pidiendo solidaridad a los demás mineros de la cuenca asturiana. Dejando a un lado el hecho, su importancia no deja de ser trascendental: aquí se ventila un acto, cuyo valor no es material ni mucho menos, sino que se trata de principios morales. Llaneza que se fué a Turón para ver modo de convencer a los mineros, a objeto de que volviesen al trabajo, tuvo un mal recibimiento. Ante la propuesta de pagar el correspondiente salario a los tres vigilantes hasta después de las elecciones, para luego declarar la huelga, los obreros le contestaron con silbidos y mueras. Siendo Llaneza candidato a diputado por Pravia, era de suponer que ante la perspectiva del fracaso de su candidatura, no no le importase un comino por los intereses de los obreros. A pesar de la oposición de Llaneza y otros »defensores» de la clase obrera como Saborit y otros pobres diablos que sin cultura ni aptitudes, andan por ahí haciendo propaganda parlamentaria, la huelga se extendió por toda la cuenca asturiana, quince días después de haber estallado en Turón. Tal como lo pensaron los presuntos políticos, así resultó. La huelga general de mineros amenaza terminar en un fracaso para los socialistas parlamentarios en las próximas elecciones. Los conservadores, saben que la mayor parte de los obreros que trabajan en estas minas son del exterior y que al ausentarse, si la huelga se prolonga algunas semanas, no votarán en favor de los flamantes ediles, siendo esta la causa de que no lleguen a un arreglo por el momento. Claro está que esto es en perjuicio del pueblo en general y que si los obreros no se metiesen en política, no les pasaría esto. Los obreros de algunas regiones españolas, y con preferencia, los de las cuencas mineras asturianas y bilbaínas, siguen, en su desarrollo, el paralelo seguido por los políticos que hablan de europeizar a España, imponiendo el servicio obligatorio y las diversiones ecuestres, para que los burgueses se ejerciten en el uso de la roqueta y el rey luzca su belfo de animal manso en las regatas y carreras de caballos; toda la sabiduria societaria del proletario español, -excepción hecha de los sindicatos únicos,- estriba en seguir paso a paso las doctrinas marxistas, degeneradas a fuer de llevadas y traídas, usando hoy las tácticas que en el siglo pasado usaron los alemanes. No se puede tener fe en otra cosa más que en el temperamento de la raza. Por lo que a la cultura respecta, el minero de hoy es el mismo de hace veinte años. Su evolución ha sido en el sentido económico y no sería exagerado el asegurar que en el sentido moral no solamente permanecieron en un stato quo, sino que su marcha ha sido retrospectiva gracias a las luchas políticas.

SOLANO PALACIO. Oviedo, 12 Junio, 1921.