De la Vida Intelectual de Chile Todo un novelista

Cuando el abuso del poder hace reflejar su existencia viviente por una nueva medida de represión o de ofensa, los hombres jóvenes, que aun conservan un poco de optimismo adentro del cuerpo, se acuerdan, dulcemente esperanzados, de los libres hombres que se han puesto, por la mala palabra o la acción, fuera del medio moral, fuera del marco de la hipocresía ciudadana. Casi siempre, estas manifestaciones de la esperanza de los jóvenes se dirigen a los intelectuales. El intelectual es una lucha constante entre el fuera y el dentro, entre la exterioridad aparatosa y múltiple, y la firme conciencia interior, destructora de postizos y barnices. De manejar las cosas del espíritu que aprecia desde luego el hondor de lo malo, la potencia de los malos. Eso me había pasado con Joaquín Edwars. No he leído sus libros; el “Inútil” prodújome hace tiempo un violenta reacción que me hizo despreciar el libro; condenado a su autor. Pero, dije, es joven. Después, he sabido, en otros libros ha mostrado a la faz de los de arriba la bestialidad de la opresión que sufren lo de abajo. Por eso ahora, que un decreto gubernamental, ha estrangulado una libertad, yo había presentido, junto a otras libres voces, la de este hombre, alzándose contra la nueva injusticia, echando al viento su protesta vibrante ante la cobardía oficial de este gobierno republicano. Pero nó. Edwars Bello, en un artículo de diario grueso, se lamenta de que la opinión de Vicuña Fuentes carezca de originalidad... Es toda la corrupción boulevardera, toda la espesa capa de mal intelectualismo la que ha hablado par boca de Edwards Bello! Ante actos así, como los del gobierno, se protesta, se grita, se trata de rajar la sensibilidad y la sentimentalidad justiciera de los hombres. Edwards pide elegancias a un individuo aplastado por una estúpida acción gubernativa. Este es el hombre libre... Que caigan sobre el aprovechado discípulo de Blasco Ibáñez, sobre el dadaísta autor de las Metamórfosis, sobre el sostenedor de una nueva aristocracia de canzonetistas y de boxeadores, las miradas compasivas de los libres espíritus de esta tierra...

PABLO NERUDA

Temuco.