Un Diputado Ignorante

Es curioso observar cómo entienden el cumplimiento de su función algunos parlamentarios. Después de latas disquisiciones acerca de la popularidad que tienen o que han perdido; además de contradecirse lamentablemente en lo que dice relación con la lucha social, álgida en el momento presente; y tras de proclamarse puros y excelsos representantes de la democracia, formulan proyectos de ley absolutamente antidemocráticos, y, además de ésto, visiblemente ridículos. Como no se puede ni se debe atribuir a mala fé la actitud que asumen las personas a menos de haberla comprobado, -hay que buscar la razón de tales actos en la profunda a incurable ignorancia que revelan ciertos parlamentarios. El diputado “chanks”, por ejemplo, acaba de presentar a la Cámara de que forma parte, un proyecto de ley dirigido a impedir que las reuniones publicas se lleven a efecto en las inmediaciones de la casa de gobierno y en las vecindades del Congreso. Pero el diputado “chanks” debe ignorar (porque si lo supiera no habría presentado su proyecto) que la Constitución, de cuyas disposiciones quiere aparecer celoso guardián, asegura a todos los habitantes de la República el derecho de reunirse sin permiso previo y sin armas. El diputado “chanks” debe ignorar también que está penado por la ley el uso de armas sin especial permiso; y debe ignorar que el Código Penal castiga las injurias, el desacato y otros tantos delitos que pretende impedir mediante la aprobación del proyecto de ley que ha formulado. No debe entender el diputado “chanks” que aceptar ese. proyecto es reconocer la ineficacia de la acción de la autoridad -de las policías y del poder judicial- a quienes se ha encomendado la vigilancia y el cumplimiento de las disposiciones constitucionales y legales. Reconocida la impotencia de una policía, el remedio debería consistir en cambiar sus miembros dirigentes. Descubierta la lenidad de los jueces, debe procederse a su castigo y a su remoción. Pero entre nosotros ocurre que muchas veces se celebran reuniones públicas con arenas (díganlo si nó las que se apostaban franca al Congreso a vivar al diputado “chanks”) y hasta hubo una ocasión, durante la última campaña presidencial, en que la poblada manifestó a tiros de revolver su entusiasmo por el triunfo de una candidatura... Esto ocurría bajo la administración Sanfuentes; pero ni siquiera durante tan nefasta era hubo un parlamentario que descubriera el remedio salvador que ahora propone el más popular de los diputados. Se contentaban entonces con hacer sentir que había policía, y se dió el caso de no permitir al candidato Alessandri pasar, con gran número de personas que apoyaban su candidatura, hacia este lado del río.. Un representante demócrata que teme las manifestaciones de la opinión que se producen en la forma que permite la Constitución de la República, demuestra no responder al espíritu democrático que se está infiltrando en nuestras prácticas ciudadanas, y revela un desconocimiento imperdonable de los derechos individuales hace más de dos siglos conquistados por la civilización. Pero tiene derecho a seguir proclamándose popular y demócrata.

DANIEL SCHWEITZER.