DESDE EL URUGUAY El Juego es un mal Nacional

Montevideo, ciudad bonita, con sus bellas playas, con su clima admirable, tiene sobre sí la peor de las plagas, el mal de los males: es devorada por el juego. Montevideo es un garito, una 'timba”, una mesa permanente de juego. El gobierno ha oficializado la ruleta, y del juego salen recursos para sostener las Universidades y la asistencia médica de los hospitales. Alguna vez, se agita en el parlamento, la cuestión de la inmoralidad del juego. Sucede esto cuando alguno de los figurones de la política se mata, al no poder reponer los miles de pesos perdidos en el juego y que estaban confiados a su custodia. Un señor, que era tesorero del Palacio Legislativo, intendente del jockey Club, secretario-tesorero del parlamento nacional, y que ganaba la friolera de cerca de dos mil pesos oro moneda uruguaya mensuales, jugó más de doscientos mil pesos que no le pertenecía y cuando no pudo reponerlos, se pegó un tiro. Los comentarios periodísticos todos son favorables a la supresión legal del juego. Pero esos mismos. que escriben en los diarios son jugadores profesionales. El cáncer está dentro, y si el juego no está protegido por el Estado, habrá de ser, cuando menos tolerado por él como un mal nacional. En el juego está también el pensamiento de la juventud. Los estudiantes, no van a las aulas llevando en la mente ideas, sino pensando en los caballos favoritos que tienen probabilidades de ganar, o en las 'martingalas' que han de servir para ganar sobre el tapete verde. Deplorable en todo sentido es el espíritu de las gentes de esta tierra, dadas a los entusiasmos fáciles y los apasionamientos torpes de la política o del deporte. Los problemas humanos poco importan. Por sobre ellos, ponen los jóvenes, esos que en todas partes menos aquí son el nervio de la acción revolucionaria, las pueriles preocupaciones de un tonto partidismo político y el orgullo patriótico. Mientras vosotros, los estudiantes de Chile, dais impulso al progreso y representáis una energía propulsora, un fermento de evolución en el medio social en que actuais, aquí viven los estudiantes, en el aula y fuera de ella, en el más triste y deplorable estado espiritual, envenenados por el juego y la chifladura de la política. Nada se puede esperar de esta actitud. Nada hará, porque no tiene el espíritu nuevo, el anhelo de libertad que es necesario tener, para representar una fuerza viva al servicio del bienestar humano y de la libertad.

JOSE TATO LORENZO.