LA LUCHA ETERNA

El que calla es olvidado; al que se abstiene, se le toma la palabra; quien no avanza, retrocede: al que se detiene se le aventaja y se le aplasta; quien cesa de crecer, comienza a declinar; quien desiste, abdica; el estacionamiento es el comienzo de fin, el sistema terrible y precursor de la muerte. Vivir es, pues, triunfar de continuo, es afirmarse contra la destrucción, contra las enfermedades, contra el anulamiento y la dispersión de nuestro ser físico y moral. Vivir es, pues, querer sin descanso, o restaurar cotidianamente la propia voluntad.

Enrique Federico AMIEL.