Prosas de Amor

LAS DESCONOCIDAS

Desde la penumbra de mi cuarto escuché las notas claras y frescas de sus risas. Golpearon los cristales de mi ventana y se alejaron bulliciosas y ligeras. Y cuando mis manos implorantes se tendieron hacia ellas, se habían perdido ya tras un recodo del viejo camino polvoriento…

MUJER DE CARNE

Sobre la blancura nívea de tus carnes, come el estremecido deshojamiento de las rosas con que adornabas tu alcoba pecaminosa, cayeron silenciosas mis quimeras. Tu maléfico canto de sirena apagó las notas de mi canción. Sin sonidos quedó mi pecho y vacías quedaron_ mis manos. Y cuando ya nada podía ofrecerte, volviste a llenar con las locas notas de tus carcajadas la senda fría y negra por donde llegastes hasta mí, toda desnuda…

Y PREGUNTE A MI CORAZON…

Mientras afuera devana la lluvia sus hilos fríos y sutiles he interrogado a mi corazón. Y el viejo amigo quejumbroso, respondió triste: Si a todos los vendavales expusiste la llama temblorosa de tu lámpara., si en todos los caminos dejaste algo de tu ansia ardiente; si ya el desencanto hincó sus dientes en tu carne aun moza, ¿qué ofrendarás a aquella cuyo nombre se hace un eco divino en cada una de mis palpitaciones…?”

Luis SEPULVEDA ALFARO