Valdivia

Valdivia es una ciudad conquistada a la inclemencia de un clima apenas soportable. Día a día, la lluvia, el viento o la tempestad imposibilitan la acción de las gentes; pero esta acción es más predominante porque también con el paso de los días, van levantándose nuevas industrias, el río se va llenando de nuevas embarcaciones y la ciudad aumenta en poderío y en capacidad creadora. Algo que extraña al visitante chileno, es el predominio que sobre esa urbe tienen los hombres de Alemania. En todas las actividades está el alemán; el alemán posee la industria, el comercio; el alemán posee las tierras y los trasportes, las fábricas y las minas, el alemán es propietario de las mejores casas y es también el hombre obligado en los puestos representativos. El alemán es también representante del pueblo en el Congreso. Además el alemán tiene los, mejores establecimientos de instrucción, los clubs más confortables y en las profesiones liberales está representado por las cuatro quintas partes. El alemán es el señor de Valdivia. Un visitante atento, sin mucho esfuerzo puede comprobar el roce constante entre chilenos, y alemanes. Ambas razas se desprecian; pero hacen lo posible por tolerarse. En un grupo de chilenos es fatal que se hable de los vicios y los defectos de los hombres rubios. Entre estos sucede igual cosa. Entre chilenos y alemanes no hay más relaciones que las obligadas por el comercio y los intereses. Los alemanes han organizado su vida social en forma que no necesitan a los chilenos para nada. En Valdivia ocurre el mismo fenómeno que en las tierras conquistadas. Los vencedores gravitan sobre los vencidos en todas las circunstancias. Esto se adivina, se siente y se vé en Valdivia. La media docena de grandes familias que poseían cuantiosos bienes hace treinta años han sido absorvidas por los alemanes. Ya estas familias no existen como burgueses. Los descendientes actuales son empleados en las oficinas administrativas y en los establecimientos alemanes. El Rector del Liceo me contó en cierta ocasión que una señora alemana se había presentado a retirar a su hijo. Como es lógico, el Rector le preguntó el motivo y la señora le contestó que lo retiraba para evitar que continuara aprendiendo costumbres chilenas. Algunos niños alemanes se niegan terminantemente a cantar la canción nacional y a aprender poesías patrióticas. Es algo desolador... Y no se crea que esto lo hacen por falta de patriotismo. No. Es que su patriotismo no es chileno. La masa obrera de Valdivia está formada en su mayoría por chilote. Después del alemán sigue en número el chilote. Como en todas las ciudades industriales, la masa obrera vive a ración de hambre y habita zahurdas horribles. Pero ya empieza a tomarle gusto a la organización. Los metalúrgicos, los zapateros, los cerveceros, los estivadores y otros gremios forman trece consejos que si es cierto que llevan una vide lánguida no es menos cierto que viven. En un futuro próximo estos consejos tendrán la suficiente vitalidad para iniciar la lucha de clases y en Valdivia será fuerte porque al antagonismo de intereses se agrega como estimulo, el hecho de que todos los patrones son alemanes.

GONZALEZ VERA.