COMENTARIOS

LA HUELGA DE IQUIQUE

El movimiento huelguista que por más de dos meses, y tras esfuerzos superiores sostuvieron los camaradas marítimos de Iquique, ha terminado en una forma que no es la más halagadora para templar el espíritu de los trabajadores. Se puede decir que este movimiento fué quebrantado por la falta absoluta de apoyo de los organismos centrales que hay en el país. Nada, en efecto, se hizo por prestarle la ayuda que necesitaba para triunfar en sus pretensiones. Aparte de una que otra proclama y manifestación platónica, el principio de solidaridad y ayuda mutua de que se hace tanto alarde en los discursos callejeros, no vio traducido en ninguna acción consciente, práctica, eficaz. Sin embargo, los caudillos que “mangonean” organismos federales, y se levantan un pedestal a costa de la inconsciencia de las masas, continuarán expeliendo en arengas incendiarias el compañerismo, la solidaridad y exibiendo las máximas falaces y cristianas: “Uno para todos, todos para uno.” Esto es realmente impúdico. Si los sindicatos existen para crear conciencia en los individuos y desarrollar un plan armónico y uniforme de custodia y defensa de los intereses obreros, y si prácticamente demuestran en un momento dado ser incapaces para actuar en el sentido de realizar los puntos de vista que les dieron vida, es preferible que se declaren en bancarrota a continuar engañando a las multitudes con el espejismo de bienandanzas que nadie trata de plasmar en realidades.

DIRIGENTES SOSPECHOSOS

A pesar de la obra emprendida por más de una de las organizaciones de resistencia que conocemos, aún no está del todo limpio el campo sindical de ese elemento que no tiene ninguna vinculación con los obreros. Sabemos positivamente de una Federación Obrera, en la cual hay un industrial que es tesorero de ella—o porque es tesorero ha podido ser al mismo tiempo industrial—y no obstante jamás se ha pensado en tomar una medida en su contra. Se nos ocurre que esto es altamente inmoral. No existe, no puede existir la menor afinidad de intereses entre un señor que en su fábrica explota al obrero con el que necesariamente tiene que codearse y tratarse de compañero en el seno de la organización. Si esto no es engañar y burlarse de la simpleza de los federados, no nos atreveríamos a decir que es proceder con limpieza y honradez. Ya es tiempo que los trabajadores emprendan una enérgica cruzada contra estos “dirigentes” que son verdaderas sanguijuelas de la organización.

LOS PREMIOS A LA VIRTUD

En su afán de fortalecer valores morales venidos a menos y caídos en desuso, la burguesía ha instituido, entre otras cosas, el premio a la virtud. No hace mucho, acaba de agraciarse con unas cuantas prebendas a varias señoritas de la clase alta y media, que, después de un examen minucioso y prolijo, resultaron virtuosos por todos sus lados. El mayor argumento que se hizo a favor de cada una de las damitas favorecidas, fué el de que habiendo cumplido más de treinta años, y siendo solteras de nacimiento, aún no habían conocido los placeres y dolores que trae consigo la maternidad…

AFIRMACIÓN EQUIVOCADA

En no recordamos qué reunión, se dijo recientemente que “todas las doctrinas habían fracasado”. Como se trataba de una afirmación más o menos apriorística, la frasesita esa no tuvo mayores opositores. Nos parece, sin embargo, que no está del todo cercana, a la verdad. Las doctrinas, las ideas, no son más que doctrinas e ideas; es decir, manifestaciones sutiles, ingeniosas, nobles y elevadas del pensamiento humano. ¿Cómo pueden entonces fracasar, si carecen de toda envoltura tangible y corpórea? Lo quo puede fallar, o prestarse a equívocos y errores, es la aplicación que los individuos hagan de las ideas y de los principios. Y así, el anarquismo, el comunismo el etc., continuarán siempre siendo el comunismo y el anarquismo, a pesar de que haya sedicentes anarquistas que se inscriben en los registros electorales o que pertenecen al secretariado de las instituciones sindicales. Los errores, la torpeza, la pasión o la “viveza” de los individuos, que se aprovechan de las ideas paras sus fines particulares, no tienen nada que ver con los postulados en los cuales se basa el fundamento de las corrientes ideológicas que dividen y separan a los hombres. Creerlo así, sería como aceptar que el homicida no es el hombre que da muerte a otro, sino el puñal o revólver que empleó para realizar sus propósitos.

LAS INSCRIPCIONES MILITARES

Tenaz campaña está realizando la preusa en bien de las próximas inscripciones militares. Como de costumbre se invoca el nombre de la patria, el resguardo de las fronteras y otras cosas que huelen a vejestorios, para conseguir despertar interés entre la masa ciudadana. Todo será, sin embargo, inútil. El pueblo se ha desengañado por completo de estas pantominas, que, durante un año largo le convierten en un ente automático que fácilmente puede dirigir cualquier jefecillo atrabiliario, y por eso se resiste enérgicamente a concurrir a los cuarteles. Esto nos parece bien, porque, mal que mal, va demostrando que no todos los esfuerzos son perdidos, ni toda la propaganda es estéril.

ALARICO.