DOS CONSEJOS

A LOS CIRUJANOS, nos permitimos aconsejarles que abandonen, para adormecer a sus pacientes, el anticuado sistema de las mascarillas cloroformizantes, y adopten el novísimo invento del doctor Duque Rodríguez, que se aplica del modo siguiente: Rp.: Momentos antes de la operación, el cirujano aplicará violentamente su izquierda en el mentón del paciente, el cual quedará, acto continuo, en estado de insensibilidad. Puede certificar la bondad del sistema el señor Pablo Suárez que el Domingo 18 de Mayo fue sometido a una delicada intervención quirúrgica, por el sabio doctor Duque. AL PRIMER ALCALDE, aconsejamos con insistencia, ya que ha mostrado tan buenas intenciones para proteger la vida de los habitantes de Santiago, que complete su decreto sobre la presencia de mujeres al lado de los chauffeurs. La multa de $ 20 podría ser aumentada a 25 si la mujer llevase medias de seda; a 30 si, además de las medias, el escote bajara de 20 centímetros a contar desde el nacimiento del cuello, y a 40 si, además de los dos casos anteriormente contemplados, tuviese la mujer ojos adormecidos. En cambio, la multa podría ser reducida a $ 10 si la mujer Pesase más de 70 kilos, y a $ 5 si junto con sobrepasar dicho peso, perteneciese al Ejército de Salvación, al gremio de cobradoras o al Club de Señoras. La multa no se haría efectiva si el chauffeur sorprendido en manejo pecaminoso, pudiese probar ante el juez correspondiente, que la mujer en cuestión, tenía hijitas en estado de matrimonio. Por fin, para que el sabio decreto nos diese eficaces resultados, se obligaría a todos los guardianes de punto a guiñar el ojo a los chauffeurs, y a cada chauffeur que respondiese al guiño, se le daría una prima de $ 14.20 si se le sorprendiese viajando con una dama a su lado, y se le aplicaría una multa de $ 100 si llevase junto a él a un jovencito recién afeitado. Así quedaría totalmente en salvo la vida de los santiaguinos.

P. ZETA