NUESTRO SALUDO A LA EMBAJADA FASCISTA

Premier Benito Mussolini, sindicado por la prensa extranjera como el más alto responsable del asesinato del socialista Matteotti, y a quien el Gobierno liberal y democrático del señor Alessandri acaba de condecorar con la medalla “Al Mérito”.

Italia, noble país latino, tierra de artistas y de sabios, cuna de un arte inmortal; Italia, la bella sirena del Mediterráneo, ha visto brotar de su cuerpo, en la hora ardiente de su renovación, y como un engendro de la cobardía gubernativa y la estultica monárquica, un aborto inesperado: MUSSOLINI. Este aborto trajo consigo una peste: EL FASCISMO. Se esperaba un hombre, un hombre de esos que aparecen en los pueblos en los instantes de profunda transformación social y que cristalizando en sí mismo las aspiraciones colectivas, las llevan a su realización. Pugnaba de un lado en esta espera, la corriente generosa –pero débil– de los espíritus avanzados. Del otro lado el espíritu retrógrado y conservador, amparado por la desidia de un rey inútil, por la tranquilidad cómplice de los que entonces gobernaban Italia, y por el ancho ejército de los audaces, trabajaban, buscando un hombre que los salvara de la catástrofe. Este hombre apareció. Era un producto de la guerra –como la muerte y el hambre.– Venía de las trincheras. Antes había sido socialista, pero como su carrera política no le llevó hasta la fortuna y el poder, renegó de su credo. Ambicioso, representando aquella parte oscura del alma italiana; aliado con los que exigían del gobierno una retribución por sus servicios en la guerra acompañado de cuanto ser vagabundo e inútil encontró en las carreteras de Italia y con un programa político que prometía salvar de una conmoción revolucionaria al país itálico, surgió a la lucha MUSSOLINI. Asaltó los diarios obreros, quemó los locales donde se reunían los hombres libres, hizo asesinar a los que se oponían a su carrera hacia el poder; asustó a los pueblos con su teatralidad de mafioso y entró en Roma donde el rey temblaba ya de miedo y los políticos pensaban en la claudicación digna o en la huida vergonzosa. En esta campaña lo escudaron los militares fracasados en su carrera, los Arditi, esa legión de asesinos creada por D`Annunzio, y los fascistas, creación de él mismo, hechos a su imagen y semejanza. Subió al poder. Y desde entonces, apagó las voces que clamaban por una nueva Italia; persiguió a los que le hacían frente; deportó a sus enemigos y anuló a los políticos que podían estorbarle. Y después de todo eso, este hombre, este hombre que hoy tiene sobre su conciencia la mancha del asesinato de MATTEOTTI, se atreve a enviar a América del Sur una Embajada que pretende representar a Italia en cuanto ella tiene de grande y hermoso: en el arte, en la ciencia, en la industria y en el sacrificio. ¡MENTIRA! La Embajada sólo representa a Mussolini y al Fascismo, las dos lepras de Italia. El Arte, la Ciencia y la Industria, son un pretexto. La tierra del Carso, amasada con sangre, que contienen las urnas que trae a su bordo la nave fascista, representa el sacrificio de los verdaderos héroes. Los fascistas y Mussolini son solamente los explotadores de ese sacrificio inútil. Esta nave fascista va encadenando a través de los mares a todos los grupos que ejercen la explotación y la tiranía y va sumando eslabones en cada puerto que toca, al dogal inmenso con que se pretende estrangular al mundo. Es el brote malsano de la reacción troglodítica, cuyas raíces nutren: Mussolini, en Italia; Poincaré en Francia y Primo de Rivera en España. Y así como se dan la mano a través de los océanos y los continentes los detentores del poder, debemos saludarnos los defensores de la libertad. Nuestro saludo solidario debe ser: el reto audaz a los Embajadores de Mussolini por encima de las genuflexiones histriónicas de nuestro gobierno. Debemos sumar una afirmación de rebeldía contra los gobernantes italianos que oprimen a nuestros compañeros libertarios, quienes sufren la mordaza impuesta a sangre y fuego por los camisas negras. Los hombres libres que firmamos este manifiesto negamos a esa Embajada todo carácter noble y digno. No podemos aceptarla sino en el concepto que ella se merece: en el concepto de que ella es la representativa de un hombre que, en todas partes, en la Cámara, en la tribuna y la calle promete pasar por sobre el “cadáver de la libertad” con tal de lograr sus propósitos; de un hombre que en el Parlamento italiano amenaza a sus contrarios con mandarlos a trabajos forzados; de un hombre siniestro bajo cuya sombra los fascistas cometen los mayores crímenes, y cuya carrera política empezó con una claudicación y culmina ahora con el asesinato del diputado MATTEOTTI. Malvenida sea, pues, a nuestros puertos esa nave pirata, tripulada por los camisas negras, asesinos de obreros, saqueadores de hogares, apaleadores de periodistas y esclavos del Honorable MUSSOLINI.

Grupo CLARIDAD.– Agrupación LUZ Y ACCION. – Grupo Anarquista MAS ALLA.– Centro de Estudios Sociales J. D. GOMEZ ROJAS. – Agrupación Anarquista LA TIERRA. – Comité Escuela Racionalista. – TRIBUNA LIBERTARIA. – VERBA ROJA. – Agrupación Anarquista GERMINAL. – Unión Local I. W. W.