EL CARTEL DE HOY

EL POEMA DEL TRABAJO

Arre... arre... proletario! La jornada no ha terminado aún, ni terminará jamás, mientras tú no lo desees con conciencia y capacidad de productor, mientras tú sigas como ciudadano asalariado! ¡Ciudadano! Ja... ja... ja!.. Soberano de la zarzuela política, que cargas con la responsabilidad del jefe siendo esclavo; que ejerces el sufragio universal y delegas tu poder en vez de delegar una función; que haces peldaños con tus hombros para que trepen los mandones, los autoritarios, los jefes de cualquier calaña roja o blanca y, desde arriba, te escupan toda la baba biliosa que han acumulado en su lucha de arribistas! Arre , arre... proletario! ¡Que el sol de la pampa salitrera arroje su escupitajo rojo sobre tus espaldas; que él frío de Magallanes acuchille tus carnes magras; que el grisú de Lota te ahogue, mientras el carbón impalpable te enluta los pulmones; que los engranajes de las máquinas te desgarren la piel mugrienta por el trabajo; que el rancho y el conventillo infecten tu descendencia hasta la quinta generación, con sífilis, tuberculosis y exantemático; que el alcohol reclute a tus hermanos para el manicomio, la cárcel y el hospital..! ¡Todo eso no importa! Tú lo quieres, tú amas tu yugo y mantienes a los gobernantes de hoy y amamantas a los gobernantes de mañana. ¡Ciudadano! Ja... ja,.. ja! ¿Ciudadano...? Y por qué no productor? ¿Gobernado...? Y por qué no libre? ¡Responde! ¡Adquiere conciencia, capacítate! Porque de lo contrario, antes, durante y después de la revolución nuestro eco te gritará: Arre... arre... proletario, ciudadano, asalariado!

JUAN GUERRA.