Burocracia en al Rusia de los Soviets

Los primeros modelos de una máquina nueva funcionan siempre mal. No por ese abandona sus ensayos el que los experimenta. En los defectos que comprueba, aprende a dar mejor forma a su idea, hasta que ella se concreta en una construcción utilizable y que es perfeccionada sin cesar. Así progresa el mundo. Gracias a los que osan, a los que emprenden, y saben afrontar los riesgos de toda empresa nueva. Los fracasos de hoy son la semilla de los triunfos de mañana. Tal es lo que ocurre también con la pesada maquinaria administrativa que han levantado los Soviet. Su personal carece de educación técnica y administrativa, porque la guerra civil llevó, al campo contrario a quienes la tenían. Son “generales montoneros” de la revolución económica, como los de los ejércitos improvisados de todas las revoluciones, como era “doctor” nuestro Sarmiento, quien si lo hizo notar espiritualmente al emperador del Brasil cuando le dió este título. Quienes hacen de la dudosa eficiencia y la pesadez de la administración de ríos Soviet argumento en contra de la revolución rusa, se ponen a la par de los que se burlaban de las primeras bombas a vapor de Watt, de las primeras locomotoras asmáticas de Stevenson, de los saltos de gallina asustada de los primeros aeroplanos. Para Monsieur Thier, el ferrocarril era un “juguete” que a lo más serviría para los pequeños transportes a cortas distancias. Para los difamadores de la revolución rusa, el esfuerzo ingenuo y heroico de los obreros semicultos, y a menudo casi analfabetos, para reconstituir la industria y los transportes arruinados por el bloqueo y la guerra civil, y abandonados o saboteados por sus anteriores dirigentes, no es más que un pretexto para vivir en el ocio a expensas de la colectividad. Los propios dirigentes bolchevistas reconocen los graves defectos de la maquinaria administrativa que han debido improvisar en su lucha contra la disolución general. Ello consta en varios informes oficiales y otros escritos. Entre ellos, en el informe de Miliutin que LA HORA ha transcrito en sus dos primeros números. Por un imperdonable descuido de compaginación, esa parte apareció mutilada en sus párrafos esenciales, por lo cual -los reproducimos en su integridad: “Así es que ya poseemos un aparato administrativo estable. Sin duda, tiene sus grandes fallas, difíciles de subsanar, principalmente en condiciones tales que las mejores fuerzas se encuentran en el frente. “Este aparato es pesado, tiene mucho burocratismo y ocasiona muchos conflictos de jurisdicción. Los hemos de eliminar. “Estemos firmemente convencidos de que conseguiremos al fin coodinar mejor ese aparato en un conjunto armónico, lo que tendrá por consecuencia una gran economía de fuerzas y una aceleración del trabajo. Hemos reemplazado así el aparato de la administración capitalista por un sistema económico de consejos, que se ha arraigado firmemente por todas partes en nuestra vida económica. A pesar de difíciles condiciones internas y externas, este satisface las tareas que se le han impuesto”.