REFORMA UNIVERSITARIA

A propósito de la reforma universitaria y de la limitación de alumnos en las Escuelas de Medicina y Farmacia, no dejaremos pasar la ocasión en que se nos ofrece la tribuna de un periódico de batalla y de altos ideales, para hacer algunas consideraciones respecto de esta limitación. Esta, que ha sido acordada fuera de la base anticientífica y de la manifiesta injusticia que se va a hacer a muchos estudiantes, será en todo caso un procedimiento primario para impedir la congestión en las aulas universitarias, ilegal por cierto, pero que no dañaría tanto los intereses de los estudiantes, como los procedimientos que tienen que llevarse en práctica, principalmente en los exámenes de los primeros años de Medicina y Farmacia. Y abriremos un paréntesis para decir que muchas veces es una mala trampa en que tiene que caer el alumno, que es favorecido con una pregunta capciosa o estúpida, que hace fracasar al mejor preparado, lo que provoca la votación de competencia del alumno. Desde luego no creemos que sean procedimientos individuales, ya que el alumno llega al examen casi sin ninguna nota que pueda favorecerlo o perjudicarlo; porque, por mucha seguridad que lleve el alumno de sus conocimientos: irá siempre con el temor de una pregunta de esta clase, y si por fatalidad le llega a tocar, pocas veces sale bien del paso, salvo que le quede en esos momentos un resto de espiritualidad y con este como a una adivinanza en que se revela más bien le astucia que la inteligencia del alumno. Por lo general, en el primer momento el alumno se dedica a buscar en el archivo de sus conocimientos la respuesta y en un segundo tiempo viene a darse cuenta, que es algo que lo va a perder, si no le viene una ayuda de lo alto, que seguramente no le llegará; pero, volviendo al asunto, hemos oído tantas veces preguntas que no caben en un exámen serio, y que no significan para el examinado ni una afirmación, ni una negación de sus conocimientos y que no pasa de ser sino una forma alto indigna de desbaratar el año de trabajo del alumno como le ha acaecido a muchos compañeros que han estado preparados sólidamente en su materia, y fracasan sólo por esta forma de preguntas que no caen en ningún caso dentro de los cuestionarios que sirven de pauta para el examinado. El examen a nuestro parecer debe de ser una prueba para aquilatar conocimientos y no facultades inventivas. Y relacionaremos este punto con la limitación y la necesidad de que esta se haga al ingreso del aspirante, y no como hasta ahora se hace con los alumnos, empleándose varios procedimientos. Y por esto apoyamos en todo sentido la idea lanzada por CLARIDAD de que se establezca “El bachillerato en ciencias”, o si no un examen por el que tengan que pasar todos los aspirantes que deseen ingresar a la Facultad de Medicina o de Farmacia, con lo cual se conseguiría limitar el número de alumnos (aunque ello es ilegal, ya que nuestra Universidad es libre), y 2° procurar que un porcentaje mayor de alumnos tengan probabilidades de ser promovidos, y así abolir el sistema puesto en práctica por algunos profesores que condenamos al principio de nuestra exposición. Y sirva de estímulo a los compañeros de CLARIDAD, el apoyo de la mayoría de los estudiantes conscientes, y esperamos que esta campaña sea fructífera, obteniéndose la realización de los fines que persigue. En otro artículo nos ocuparemos del fondo de esta importante materia.

R. E. I. E. G.

Valparaíso, a 28 Enero 1921.