EL KORAN

El Korán (1) es el libro sagrado de los árabes, que contiene las leyes y preceptos que Mahoma dictó en su doble calidad de jefe de la religión y soberano. Su valor literario ha sido injustamente rebajado por los cristiano. Si bien no corresponde como los libros sagrados de cualquier religión al enorme valor poético que le atribuyen sus partidarios, tampoco merece los epítetos despectivos de los autores cristianos. El korán fué escrito por los secretarios del Profeta que recogían sus enseñanzas en pergaminos y hojas de palmeras. El libro, que según Mahoma era inspirado desde el cielo, tardó 23 años en componerse. El (página siguiente) cielo hablaba siempre de acuerdo con las vicisitudes que experimentaba el profeta; de manera que en cualquier momento en que se encontraba con dificultades, la palabra divina venía a esclarecer todo. Sus discípulos recogían religiosamente los preceptos celestes, los aprendían de memoria y arrojaban los originales dentro de un cofre precioso, sin que nadie se preocupase del orden en que fueron revelados. Posteriormente a la muerte del Profeta un fiel discípulo, Abubecar, recopiló los manuscritos en un solo volumen. Por desgracia, no le fue posible reconstituirlos en el orden en que fueron dictados, y los colocó entonces, de acuerdo con su extención, de tal manera que los más cortos quedaron al final. El Korán adolece, pues, de ese grave defecto. Muchas veces aparecen capítulos que aclaran materias que aún no han sido expuestas, o bien hechos sucedidos en épocas distintas aparecen unos al lado de los otros. Los capítulos más largos, que se encuentran al comienzo, se refieren a un tiempo en que Mahoma, teniendo un gran número de partidarios, hablaba más como legislador que como profeta. La mayor parte de las veces los títulos de los capítulos no corresponden a la materia tratada. El Korán comprende 114 capítulos divididos en más de seis mil versículos. Todos los capítulos -excepto el noveno- comienzan con estas palabras: «En el nombre de Dios clemente y misericordioso». El libro tiene por dogma la creencia en un dios único, y combate la idolatría de los árabes fetiquistas, a los judíos que adoran a los profetas y a los cristianos que creen al hijo de Dios igual a Dios. Dios es único y Mahoma es su profeta. Todo musulmán debe orar, dar limosna, ayunar en el mes de Ramadan, hacer una peregrinación a la Meca y cumplir con una moral que se funda en la ley natural y en las costumbres de los países cálidos. A los creyentes se les promete un paraíso, cuya descripción es una de las partes más poéticas del Korán. Los árabes sufren un éxtasis al leer el libro sagrado. Depende ello de la magia y galanura del estilo, de la belleza de su poesía y de la rima de muchos de sus versículos. En algunos sitios, sobre todo cuando se describen los placeres del paraíso, el Korán está compuesto de versos armoniosos que se tornan enérgicos cuando describen las penas del infierno. El Korán es, pues, un libro de un inmenso valor, no tanto por su aspecto literario, sino porque es la base de una religión que, en siglos pasados, tuvo una importancia enorme en el desarrollo de la cultura y de la civilización.

G. ORTIZ.

 

(1) Derivado de kara: leer. Al Korán equivale a la lectura.