EL CARTEL DE HOY

LA VIOLENCIA

Se la abomina a gritos, se la clava en la picota, se la fusila. Todo en nombre de la paz. ¡Paz! Sí, sí. En la lengua de los amos la voz adquiere el timbre y la contundencia de un garrotazo. ¡Paz! Te roban, te esclavizan, te lapidan, y... ¡paz! ¡Viva la paz! Pero, ya no hay quien se engañe. ¡Caramba! En el trabajo, en la calle, en la familia: ¿qué? .. ¿Qué es nuestra hambre, nuestro cansancio y nuestro frío?... ¿Paz?... ¡Violencia, violencia y violencia! La violencia... No contaban con la nuestra, con la del pueblo, los burgueses. Hasta ahora no la hicimos, como la de ellos, sistemática y constante, como una doctrina y como una escuela. Apenas, si tal cual vez, alguna que otra bombita, alguno que otro estallido. El ruido y la luz de un fósforo en la noche de rayos y de piedras que estamos aguantando desde hace siglos. Pero, ya cambian las cosas. Y no nos asustan nada las noticias que nos dan los diarios vuestros de los actos de violencia que consuman con los nuestros los patriotas pacifistas de toda Europa. Eso está y estuvo siempre en vuestro régimen. Ahora se desenmascara y se juega a cartas vistas. Eso es todo. Qué vamos a escarmentar con esas listas de rebeldes masacrados que ofrecen vuestros periódicos! Si hacia eso vamos: a chocar la violencia con la violencia. A morir o saltar la zanja. ¡A hacer la revolución social! Y en cuanto a la paz... Sí, sí. Sin duda que todavía existe viva esa pobre ave blanca y dulce. Alguna santa viejita llorando al hijo que vosotros le matásteis, la sentirá removerse en sus entrañas... La paz... Alguna bella muchacha, con el corazón hecho un ramo de rosas, se embriagará pensando en un nido donde ella reine... La paz... Pero, nosotros, castigados, maldecidos, explotados, ¡no! ¡no! ¡Guerra, no más, violencia, cara y pecho a vuestras infamias, burgueses!—R. GONZALEZ PACHECO.—“La Antorcha”