EL CARTEL DE HOY

...y la lucha sorda y despiadada sigue... Ahora son dos hombres los que se envían a la muerte con habilosas argucias y malos consejos. Jóvenes, la vida era impetuosa y fuerte, y en ellos lo que hacía más honda y airada la protesta también, Sacco y Vanzetti. Y las violencias cada vez mayores amenazan como una nube negra la cabeza de los hombres libres, de sus mujeres, de sus hijos. Ayer era la persecución sistemática, la cárcel, al destierro, el hambre. Hoy es ya la muerte franca. ¿Hasta dónde se llegara? Triste y obscuro está el horizonte. Son muchas, demasiado, las cruces que llenan al mundo, acusadoras, terribles. Un desgarramiento sordo, una interrogación angustiosa, pone crispados los rostros. Al clamor enorme de las muchedumbres hambrientas se ha unido el llanto de las madres y las mujeres. ¿Hasta dónde llegará? ¡Ah! La ola maldita sigue creciendo; pero también más fuerte, más pura, la rebelión de los pechos viriles. Que las madres lloren, que el corazón de las esposas sea una trágica esponja de sangre. ¿Qué hacerle? Acaso ese llanto silencioso haga florecer nuestras rebeldías. Acaso el espectáculo de los hijos abandonados sea un nuevo aliciente que venga a avisar la hoguera en que amenaza consumirse este mundo mundo corrompido y canalla. Acaso...

P. GERARDO