¿QUÉ OPINA UD. DEL MOVIMIENTO OBRERO DE CHILE?

El movimiento obrero de Chile, desde el pasado año, ha ido perdiendo no sólo su intensidad, sino que también su cohesión, sus medios y hasta sus finalidades. Existen actualmente dos organizaciones relativamente desarrolladas por todo el país y numerosos sindicatos autónomos en las ciudades de más industrialidad La lucha obrera no sigue un camino más o menos ascendente. Todavía no se ha conseguido prescindir de ciertos medios y, menos aún se ha logrado perfilar los fines que la organización obrera debe alcanzar. “Claridad” estima oportuno en este momento de general desconcierto abrir una encuesta entre sus lectores. En las respuestas que nuestros lectores se dignen enviarnos queremos que se indiquen los defectos que adolece la organización obrera, los posibles remedios y la orientación que el movimiento proletario debe tener.

L. ARMANDO TRIVIÑO RESPONDE A LA RESPUESTA

La organización obrera no ha decaído, no ha reducido su combatividad; a la organización obrera de Chile le ha sucedido el conocido fenómeno de la pérdida de las morbosidades que adquieren determinados organismos en los períodos de inactividad y que luego tienen que expulsarlos en las acciones continuadas en que estas morbosidades no desempeñan acción alguna, al contrario, estorban, dificultan el funcionamiento del organismo y por lo tanto son más rápidamente alejadas de él. Este fenómeno les ha sucedido a las organizaciones obreras de Chile. Pasadas las luchas en que casi todos los obreros se sentían organizados, en que los triunfos sonrieron muchas veces, venidas las luchas en que las derrotas mostraron su agria y repelente faz, los oportunistas, los flojos, los indiferentes, los pesimistas, se asustaron de su “propia” obra ante el empuje y la resistencia ciega del capitalismo y estos elementos morbosos salieron disparados, volvieron grupas como los asnos ante un garrotazo en el testuz y salieron reculando y diciendo: “no hay unión” y deshacían la poca que habían hecho. Y estos elementos dejaron de inflar la organización obrera con una gordura falsa, una gordura que salió traspirada en las luchas fuertes que aquí han tenido las organizaciones obreras y el capitalismo con sus socorridos y robustos medios de defensa. Así me explico yo la faz huesosa, esquelética de la organización obrera de Chile, son pocos pero buenos, firmes convencidos; son la levadura que hará fermentar cualquier día enorme masa que sólo sirve para eso, para fermentarla, y luego de ahí sacar un poco más de levadura: los convencidos, los entusiastas, los firmes, los optimistas que formaron la organización obrera y que hoy le dan esa catadura a la organización obrera; esquelética, huesosas, pero firme, dura. Así pues; para mi no hay decadencia, ni crisis, para mi hay traspiración, es decir, selección definición. Nunca como hoy están tan claros y nítidos los conceptos de comunismos autoritario y comunismo libertario o anárquico: los primeros predominan en la F. O. de Chile, los segundos en la I. W. W., y en los Centros de Estudios Sociales. Ambas organizaciones obreras no van a encontrarse para fusionar en un frente único sino fatalmente para luchar entre sí, combatirse, para someter al comunismo autoritario (influencia del Partido Comunista) la F. O. de Chile, para el comunismo libertario, anárquico la I. W. W. (influencia de los anarquistas.) Esto no es motivo para que todas estas fuerzas no se unan para contestar los atropellos del Estado o del capitalismo en determinadas ocasiones. Más claro: la organización obrera ya tiene definida su posición: una que acepta la orientación, táctica y sometimiento a un partido político parlamentario: es la F. O. de Chile. Una que combate la política parlamentaria, lucha porque las masas de asambleístas sean los que lleven la iniciativa y la responsabilidad sin que ningún grupo de hombres predomine y someta a las asambleas, es la I. W. W. Una para crear el Estado Comunista con gobernantes proletarios. La otra para combatir todo Estado autoritario y todos los gobiernos proletarios o burgueses. Eso veo. Eso opino del panorama del proletariado revolucionario de Chile.

L. Armando TRIVIÑO