LA SUBVERSIÓN DE LA DISCIPLINA MILITAR

El cuartel es una prolongación de los vejámenes y dolores sufrimientos por los proletarios. Toda la inhumanidad y crueldad hacedera a los poseedores y directores del mando y la riqueza social, hállase concentrada en la letra y espíritu del código militar, que es la realidad escrita, estatuída, reglamentada, del cuartel mismo. Si del taller al cuartel la realidad diaria es idéntica, cómo no acerar contra esta otra ignominia nuestra lucha revolucionaria? Si del torno del burgués al cachetazo infame del “clase” y del oficialito pederasta, la crueldad y vejamen y herida es la misma, cómo no llevar la critica y la convicción de una Revolución que precisa que se liberten todos los hombres para que nosotros conquistemos efectivamente un palmo de vida libre?

El cuartel es para la burguesía el molde por donde ha de pasar la juventud, los veinte años de todos los proletarios, y forjan así pasiva, voluntades melladas, caracteres sin fogosidad y corazones sin impulsos rebeldes. El cuartel es para el Estado, después de la escuela oficial, el último retoque a la sensibilidad juvenil , para anestesiarla al medio ambiente mediocre de la vida ciudadana; es el nivelamiento brutal de las voluntades: el mismo tono, el hecho de Procusto sobre las personalidades más rebeldes, más altas, sensibles, altivas, expansivas, que pudieran proyectar en el ambiente ciudadano una llamarada de renovación; es, en fin, la institución más necesaria para el mantenimiento de su inmensa mole inútil, organismo opresivo, brutal, sobre la vida social. El cuartel es una prolongación de los dolores proletarios. En el taller y fábrica se vive la esclavitud del salario; en el cuartel, bajo la ignominia de la voz de mando. En el campo, en la mina y en el mar, azotado por la inclemencia y el egoísmo de los hombres; en el cuartel en la agonía lenta de la castración de nuestros impulsos juveniles, es la delatación que acecha nuestros actos y el relajamiento de nuestras costumbres. El código militar, es decir, el Estado, la moral burguesa, el concepto incoloro de Patria nos coloca un máuser en las manos impacientes de sensaciones nuevas, y nos dice con todo el énfasis de las palabras y las fórmulas huecas: “Por el bien de la Patria”. Y los soldaditos van frente a sus hermanos de dolor, los proletarios, matan, asesinan y estupran, sembrando la desesperación, la desolación y la muerte en los hogares obreros. ¡Bello concepto de Patria! La acción consciente de los trabajadores debe interesarse por llevar el desprestigio a la autoridad, a los conceptos innecesarios d Patria, disciplina militar, orden público, orden económico capitalista, en las mentes de los jóvenes proletarios conscriptos. Los anarquistas deben inundar los cuarteles de prospectos y folletos de propaganda subversiva. Inculcar en los jóvenes víctimas de la disciplina militar, la necesidad d e los actos, aún aislados, de subversión. La constitución de unidades revolucionarias, dentro de los mismos cuarteles, producto de la iniciativa de los mismos. A la intensa acción del proletariado anarquista únase esta actividad. Es deber de todo anarquista consciente minar la disciplina militar. La victoria de la libertad, exige la subversión de la disciplina militar.

B. V.