LA PUERTA

Mientras el grito helado del invierno Su gélido pregón extiende afuera, Y en tanto que la noche La luz del fuego con su sombra aumenta, A veces de improviso Con misteriosa y tímida cautela, Sin que nadie la empuje S entreabre la puerta.

Uno dice: “Es el viento.” Otro replica: “¡Cierra!” Con honda expectativa Yo miro a ver quién entra.

Los recuerdos que ya no recordamos Tristes tal vez a reprocharnos llegan, Los recuerdos que un día Fueron dulzura en medio de la pena.

Quizá con su reclamo doloroso Vuelve a nosotros toda la dispersa Vibración que dejamos por la vida, Acaso la emoción sencilla y buena Que no encontrara eco en otras almas Silenciosa regresa…

O bien con invisible dulcemente Vienen de nuevo a visitar la senda Los que se fueron más allá del límite De la existencia; Tal vez aquel que un día de septiembre Se fue a buscar la Primavera eterna.

Uno dice: “Es el viento.” Otro replica: “¡Cierra!” Con honda expectativa Mis ojos escudriñan el vano de la puerta.

MARGARITA ABELLA CAPRILE