POEMAS

MI CANTO

Yo maté mi ensueño en un día con hambre y ahora mi canto es de barro y sangre. Los cantos neuróticos no han sido mis cantos, que mi sufrimiento se cuajó con sangre, se llenó de barro mi rudo vagar.

Fué mi amor más hondo, deseo sexual; noches sin lecho mis cunas más blancas cancioncilla débil, débil mi cantar más triste.

Pero más poeta que nunca me siento ahora que maté mi ensueño un día... por ver lo que había tras del ensueño, mas poeta ahora, que el agua es agua y el barro es barro y la carne, carne.

RENATO MONESTIER

 

EL POEMA DE LA DESOLACIÓN

Los senos duros y blancos como dos muñones de alas acechando un vuelo de angustia.

Carne viva: desnuda; desnuda. Mordedura golosa de su boca. Mis ojos se anillan a sus muslos como dos ojeras luminosas.

Y mi cuerpo : brazos, labios, músculos, se arrolla como un látigo de vértigo a su cuerpo moreno y oloroso.

¿Después? El horror de la muerte, la tristeza de las alas ajadas y la desfalleciente pavura de los cinco sentidos.

¡Fuerte anhelo de sacrificio! Hoy digo como el necio del Eclesiastés: ¡más vale un puñadito de tristeza que las dos manos llenas de placer!

RUBEN AZOCAR

México, 1923.