MI HIJA JUEGA EN EL JARDÍN

Mi hija juega en el jardín, y yo la miro quieta y triste, triste de tanta dicha, triste porque la dicha tiene fin.

Viene corriendo y se va luego y me da un beso y una flor; su voz musita a su vez un ruego, a su vez mimo encantador.

Es la más linda de las flores; en ella están dicha o dolor… ¿Qué han sido todos mis amores comparados con este amor?

No pienso en destinos amargos, ni en que las cosas tienen fin, pero quisiera largos, largos estos momentos del jardín!

MARIA MONVEL