TRATADO SOBRE LA RAPIDEZ

Una vez el rey de un dilatado país, queriendo enviar con rapidez una orden a todas las ciudades de su reino, reunió a sus ministros para que le aconsejaran un medio viable. –Señor –dijo uno– despacha a tus heraldos montados en los más ágiles corceles. –Señor –habló otro– echa a volar tus palomas mensajeras. Así fueron opinando, uno tras otro, los ministros; pero a cada respuesta el rey movía la cabeza con visible desaliento. –¿Y tú, qué me aconsejas?– le preguntó al más viejo que había permanecido callado. –Señor –dijo éste con sencillez–, cuéntaselo a la reina...

POIL DE CAROTTE.