Sentencia contra Galileo

Como creemos que interesará a nuestros lectores conocer los términos en que estaba redactada la sentencia que contra Galileo dictó el Tribunal del Santo Oficio de Florencia, reproducimos a continuación ese documento histórico, copiándolo de una revista científica que lo ha publicado no hace aún mucho tiempo. He aquí dicha sentencia, que deja bien al descubierto la imbecilidad religiosa: “Siendo tú, Galileo, hijo del difunto Vicente Galileo, florentino, de edad a la presente de 70 años, el que fuiste denunciado en 1615 a este Santo Oficio: Que tienes por verdadera la falsa doctrina enseñada por muchos de que el Sol sea el centro del mundo e inmóvil, y que la Tierra se mueva también con movimiento diurno: Que tenías algunos discípulos a los cuales enseñabas la misma doctrina: Que sobre ella has tenido correspondencia con algunos matemáticos de Alemania: Que has hecho imprimir algunas cartas tituladas “De las manchas solares”, en las cuales desarrollas igual doctrina como verdadera: Y que a las objeciones que a las veces se te hacían tomadas de la sagrada Escritura, respondías comentando dicha Escritura conforme a tu sentido; y sucesivamente se presentó copia de un escrito en forma de carta que se decía estar escrita por ti a un discípulo tuyo, en la cual, siguiendo la proposición de Copérnico, se contienen varias proposiciones contra el verdadero sentido y autoridad de la Sagrada Escritura. Queriendo este Santo Tribunal prevenir el desorden y el daño que de aquí pueden seguirse y crecer con perjuicio de la Santa Fe: de orden de Nuestro Señor y de los eminentísimos señores Cardenales de esta suprema y universal Inquisición, fueron por los calificadores Teólogos calificadas las dos proposiciones de la estabilidad del Sol y del movimiento de la Tierra, esto es: Que el Sol sea centro del mundo e inmóvil, de movimiento local, es proposición absurda y falsa en filosofía y “formalmente”herética, por ser expresamente contraria a la Santa Escritura. Que la Tierra no sea el centro del mundo inmóvil, sino que se mueva también con movimiento diurno, es igualmente proposición absurda y falsa en filosofía y considerada en teología “adminus” errónea en Fe. Para que este grave y pernicioso error tuyo y trasgresión no quede por completo impune, y seas más cauto en lo sucesivo, y sirvan de ejemplo a los demás para que se abstengan de delitos semejantes, ordenamos que por edicto público se prohíba el “libro de los diálogos”, de Galileo Galilei; y te condenamos a la cárcel formal de este Santo Oficio por el tiempo que nos plazca y a nuestro arbitrio, y para penitencia saludable te imponemos que durante tres años digas una vez por semana los siete salmos penitenciarios, reservándonos la facultad de moderar, cambiar o levantar toda o parte de dicha pena y penitencia”. Comentarios? Hágalos el lector. Y diga luego si tiene razón de ser el empeño de los católicos modernos en querer conciliar la Religión y la Ciencia. ¿No dicen bien claro los inquisidores florentinos que es contrario a la Santa Escritura la proposición de Galileo relativa al movimiento de la Tierra? Pues aténganse a esto los descendientes y continuadores de tales tiranos del pensamiento libre.