EL CARTEL DE HOY 

 

Las mujeres son débiles todavía y cuando la desgracia como un cuervo negro se cierne sobre sus cabezas y con garra certera les arranca el poquito de alegría y de sol que les quedaba aún en su obscuro vivir, el caudal de lágrimas se desborda y los sollozos estallan locos, incontenibles. En el silencio dejémoslas que lloren. Nada podemos hacer nosotros todavía porque también nos alcanza los zarpazos de la fiera. Dejémoslas que lloren pues, que desahoguen todas sus viejas penas; que lloren, al llorar al abnegado compañero de su vida miserable, tanta pobre angustia generada por tanta injusticia diaria y anónima y de la cual ninguna se cuaja en un áspero gesto de rebelión, ninguna... Que lloren las pobres mujeres que son madres, que son esposas, que son hijas. Pero ¿enternecernos nosotros, llorar nosotros, nosotros que necesitamos de toda nuestra angustia exarcerbada de toda nuestra indignación azuzada cada día por nuevas injusticias, por nuevos atropellos? ¡No! ¡Que lloren las mujeres, pero nosotros nó! A cada nuevo atropello, que responda una nueva protesta, a cada nuevo golpe que se yerga una nueva mano crispada fieramente en una trágica amenaza hasta que llegue la hora en que ésta subterránea labor nuestra nos dé su fruto maravilloso y que el sol bese nuestras frentes libres y que el viento vagabundo haga flamear nuestros cabellos como la bandera de una sociedad nueva. ¡Que lloren las mujeres, las pobres mujeres! Tal vez el esposo ha muerto podrido en las desesperantes celdas de una cárcel, purgando el delito de ser bueno en medio de tanta corrupción, de pensar en medio de tanta cosa amorfa, de odiar el mal, la injusticia. O acaso le partieron la cabeza a sablazos inconscientes esbirros al ir por la calle cobijado bajo el trapo rojo en protesta del hambre taladrante de su estómago, de la temprana decrepitud de su cuerpo, gastado antes de ser joven. O lo inutilizó una máquina o se cayó del andamio... ¡Dejadles, las pobres mujeres, las pobres mujeres que son madres, que son novias...! – P. GERARDO.